Para inaugurar este blog he decidido escribir unas líneas
sobre la primera actividad del programa de participación y sensibilización en
el Parque Natural que se desarrolló en el Área Recreativa de los Llanos del
Campo y en la que participaron 26 personas de lugares tan alejados como
Sevilla y Los Palacios o Jerez y de sitios más cercanos como El Bosque,
Ubrique, Grazalema, Prado del Rey, Villamartín y Algodonales. Además estaban
presentes diferentes nacionalidades, aparte de la española, también holandesa, portuguesa, búlgara y alemana. Cara conocidas de gente que había participado en las
acciones del voluntariado ambiental en 2015 y muchas caras nuevas. Lo que todos
tenemos en común es el amor por la naturaleza y las ganas de colaborar para
mejorar su estado.
Los organizadores del programa, tres de los socios de la Asociación Medioambiental O-Live nos han enseñado para qué sirven los
diferentes tipos de cajas nido, cómo se construyen, cómo se colocan y qué
mantenimiento deben tener. Con esta base de conocimientos nos pusimos manos a
la obra en parejas a montar las cajas a partir de piezas de madera previamente
cortadas a medida con tornillos y ganchos para colgarlas. A nosotros nos tocó
una caja especial que tiene un hueco más grande en forma de balcón y un techo
más largo que suele ser ocupada por chochines y lavanderas. Una vez montadas
les hemos dado una mano de aceite de linaza para proteger la madera, lo cual le
da un aspecto muy bonito a las cajas. Mari Paz de Grazalema había traído cajas
nido hechas de corcho por los niños de la ludoteca de Grazalema donde ella
trabaja. Mientras se secaban las cajas aprendimos un poco sobre los pájaros que
típicamente ocupan las cajas nido de diferentes tamaños y diámetro de agujero
de entrada. También aprendimos a identificar a algunas aves por sus sonidos, a
través de la aplicación para móviles “Aves de España” de SEO Bird Life en voz
bajita para no molestar a los pájaros presentes en los alrededores. Además ha
sido muy útil su imitación por Álvaro y Víctor, por ejemplo el característico
“chichi-bebe” del Herrerillo común que hizo más fácil reconocerlo después
durante el paseo por el bosque en las inmediaciones del área recreativa.
Hemos
podido escuchar y/o ver una gran variedad de aves a nuestro alrededor, entre
ellos el pico picapinos, el mosquitero, el herrerillo, el carbonero, la
lavandera cascadeña, el chochín, el agateador común y el trepador azul. Al
terminar la ruta de observación de aves nos pusimos a colocar las cajas nido en
los árboles, siempre respetando una distancia de unos 20 metros entre cada caja
porque las aves suelen ser territoriales. Colgamos las cajas en unas ramas a
media altura donde se llega con un palo largo provisto de un tornillo o
montándose en el árbol, para lo cual se ve que Víctor y Álvaro tienen habilidad
y experiencia. Mientras tanto Liliana se había ocupado de preparar el almuerzo.
Repusimos fuerzas con carne y pimientos a la brasa, tortilla, pan y queso. Y
como postre unas magdalenas riquísimas y conversaciones interesantes.
A mí me ha encantado la actividad y creo que todos nos fuimos a casa con un sabor de boca muy agradable después de haber compartido un rato entretenido con buena gente, llevándonos unos conocimientos nuevos, unos regalos en forma de camisetas, bragas de cuello y una guía de aves del Parque Natural y la sensación de haber contribuido nuestro granito de arena para incrementar la biodiversidad. En octubre está previsto que volveremos a los Llanos del Campo para ver el estado de las cajas nido, ver cuáles han sido ocupadas (se aceptan apuestas ;)), limpiarlas para que se vuelvan a ocupar el año que viene (a los pájaros igual que a los humanos no les gustan “los hoteles con sábanas usadas”) y darles una mano de aceite de linaza.
A mí me ha encantado la actividad y creo que todos nos fuimos a casa con un sabor de boca muy agradable después de haber compartido un rato entretenido con buena gente, llevándonos unos conocimientos nuevos, unos regalos en forma de camisetas, bragas de cuello y una guía de aves del Parque Natural y la sensación de haber contribuido nuestro granito de arena para incrementar la biodiversidad. En octubre está previsto que volveremos a los Llanos del Campo para ver el estado de las cajas nido, ver cuáles han sido ocupadas (se aceptan apuestas ;)), limpiarlas para que se vuelvan a ocupar el año que viene (a los pájaros igual que a los humanos no les gustan “los hoteles con sábanas usadas”) y darles una mano de aceite de linaza.
¡Gracias amigos y
hasta la próxima!
Anja Dibbert, 28 de enero de 2017
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